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El viento me contó un secreto

M.c. Sark

Una ligera brisa puede empujarte muy lejos.

Un divorcio y todo lo que trae consigo puede saturarte hasta el punto de sentir la necesidad de escapar e irte lejos, muy lejos. Pero no siempre es necesario hacer las maletas y trasladarte a la otra punta del país. A veces, con fijar tu residencia en una urbanización apartada en la que no parece pasar nada interesante, centrarte en tu trabajo y seguir con tu vida, es suficiente.

Sandra cree que en su nueva casa lo tiene todo bajo control. Allí, lejos de su ex, de su familia política y de los que creía que eran sus amigos, espera comenzar de nuevo. Y, en realidad, parece tenerlo todo muy bien planificado. Su hija ya ha comenzado la universidad y ella tiene todo el tiempo del mundo para escribir… Hasta que un buen día alguien ocupa la casa de al lado y el castillo de naipes en el que vive se desmorona.

David, atractivo y encantador, consigue que Sandra vuelva a darse cuenta de que en el mundo hay algo más que personajes de libros.

Mi opinión:

Sandra una escritora de 40 años, divorciada, con una hija en la univesidad, vive en una casa a las afueras por que necesita tranquilidad para su trabajo.

Un día aparece David, su nuevo vecino, enigmático y reservado. Es escritor igual que ella, pero tiene un pasado oculto que lo hace ser reservado y desconfiado con la gente, hasta que conoce a Mercedes y a Sandra, madre e hija y sus vecinas, listas, vivarachas y con unas ganas tremendas de vivir ponen sus vida patas arriba.

Me ha parecido una novela entretenida, fácil de leer, con una historia sencilla, aunque ha habido algunos momentos en los que los protagonistas se han rallado un poco con sus neuras e inseguridades.

Algo que me ha gustado mucho en la relación de Sandra con su hija Mercedes, la complicidad que tienen ambas, que se comunican con una mirada, y saben lo que piensan sin necesidad de hablar. 

En resumen una novela actual, fresca y facil de leer, con la que pasar un rato ameno.

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